Cristo nos ha dado un patrón para financiar la obra de su
iglesia. Como todo patrón, se debe poner por obra por cada cristiano como una
obligación individual. Cristo no quiere los diezmos de la ley ni una iglesia
pidiendo por las calles, ni la venta de mercancías, sino que cada hermano
trabaje y ofrende.
I. ES UNA OBRA DE GRACIA
A. Pablo usó de un poco de ironía con los Corintios, una
iglesia orgullosa de sus dones y habilidades, parafraseando dijo: "Como ustedes
son tan superiores a toda otra iglesia en tantos dones y en su amor por nosotros
(un chiste), recomiendo que sean superiores también en la gracia de dar" (2 Cor.
8:7. Se ha comentado que los hermanos "bocones" de la iglesia son los que menos
ofrendan. Quieren enseñar a los líderes de la iglesia cómo y por dónde gastar
los fondos, pero ellos contribuyen una miseria (no tienen gracia).
B. Gracia es el griego "charis" y podemos traducirlo como
cariño. Ofrendar es un acto de cariño. Cristo murió por los pecadores porque es
muy cariñoso, generoso, amable, bondadoso y favorable a los menos dignos. Somos
salvos, no por nuestras obras o virtudes sino por el cariño de Jesús. Por lo
tanto, es necesario demostrar cariño, especialmente en la ofrenda. Los que no
ofrendan con cariño son unos feos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario